Comiendo El Blues
Cantamos el blues, pero ¿no deberíamos consumir el blues también? Bueno, estamos en la fortuna: es la temporada de arándanos y la mayoría de nosotros podríamos cosechar los beneficios de tener algunos azules dentro de nuestras dietas. La mayoría de nosotros nos encontramos con arándanos solo mínimamente: doblados en muffins o rociados en ensaladas de frutas.
Sin embargo, la ciencia ha sido extremadamente comprometida con este súper fruto del tamaño de un guijarro últimamente, realizando innumerables estudios sobre esta pequeña pregunta. Vamos a colocarlo de esta manera: si el arándano fuera una obra de Broadway, una alineación de nutrición repleta de estrellas estaría en el Playbill.
Los arándanos incluyen un índice glucémico bajo. Un medio vidrio que proporciona arándanos es un consumo de cuarenta calorías, que contiene nutrición como el potasio y el hierro y el suplemento C. Los arándanos proporcionan fibra soluble, en verdad, dos gramos en ½ vidrio que proporcionan. Esto equivale a la cantidad de fibra en un corte de pan de granos de trigo integral.
Pueden ser pequeños, sin embargo, tienen un golpe robusto. La publicación de salud ha esbozado recientemente los arándanos como la mejor manera de obtener actividad antioxidante en su guía de 50 súper alimentos.
Según el Instituto Americano de Investigación del Cáncer, su mayor nivel de antioxidantes ayuda a su cuerpo a disminuir el procedimiento de envejecimiento y proteger las células contra el daño.
Los arándanos son especialmente abundantes con los antioxidantes llamados antocianinos, que también están dentro de las moras, rábanos, repollo rojo, uvas y manzanas. Los arándanos son entusiastas de la mente. En realidad, algunos neurocientíficos lo llaman la mentalidad.
Los alimentos que son azules o carmesí en tono tienden a pasarse por alto dentro de nuestras dietas. Estos colores promueven profundamente la salud del sistema urinario, la función del espacio de la memoria y fomentan el envejecimiento saludable utilizando su amplia selección de fitoquímicos como fenólicos y estos antocianinos.
La próxima vez que pase por ellos en el supermercado, debe deslizar un cartón o dos. Dale al cuerpo la oportunidad de cantar el blues.